domingo, 7 de julio de 2013

Que tiemble el alma, que tiemble

Evasión

04:12 [[en la cama]]
Las sienes comienzan a arder como si quisiera salírseme el alma por encima de los ojos. Golpean la piel. Bum, bum ¿Hay alguien ahí fuera? bum, bum ¿Me escucha alguien? bum-bum-bum-bum-bum

Adiós Realidad.
Ahora estoy sumida en los brazos de Morfeo. Llevo tiempo soñando pero no soy capaz de recordar como empezó este sueño. Tampoco importa demasiado, el guión corre por parte del inconsciente, ¿no? Un batiburrillo de los recuerdos de hoy, los recuerdos de ayer, y los de antes de ayer. Todos mezclados según mi estado de ánimo y flotando en la superficie aquellas cosas que, irónicamente,me quitan el sueño. Todo camuflado con máscaras y símiles dantescos, por eso de los derechos de autor.

Recuerdo despertar casi agonizando con la boca seca y la garganta petrificada cuando vi su imagen en la ventana. Al volver a lo que llamamos Realidad, deshidratada, vi como no era capaz de conciliar de nuevo el sueño. Me temblaban las rodillas y sentía como se me cubría el pecho de espasmos. Sabía que mi situación corporal no era causa de un mal sueño, sino de la tensión contenida durante un largo periodo y el sobreesfuerzo. Aún así, a mi inconsciente se le ocurrió la brillante idea de asociar conceptos y reutilizar antiguas angustias.

El sueño... Él salía de repente de una habitación con los ojos vendados. Llevaba un pañuelo negro cubriéndole la vista y recuerdo algún que otro vendaje sobre el pecho descubierto. Vestido con tan solo unos pantalones cortos y totalmente descalzo. Reaparecía en mi vida, automatizado, como un robot. Pero yo no esperaba su entrada. Ya no le necesitaba ni quería en mi vida. Y allí estaba, saliendo de la habitación dispuesto a acercarse a saludarme, como si la venda no le impidiese percibir mi presencia.

Mi cara de estupefacción bien valía un poema. Se disponía a hablarme cuando dibujé una tajante negativa en el aire con la cabeza, y salí corriendo de aquel salón atropellándome con todo a su paso por el pasillo hasta la próxima sala. Cerré las puertas y me tumbé de inmediato sobre el tresillo rojo de terciopelo y estructura de madera maciza. Aquel antiguo sofá de decoración exquisita brillaba entre el caos en el que se encontraba la habitación. Había ropa y cosas tiradas por todas partes. Todo cubierto de polvo y arena, excepto el sofá. Recostada sobre la escarlata suavidad empecé a intentar hilar los porqués. ¿Qué hacía el allí? ¿por qué se comportaba como un robot, como si estuviera automatizado para reaccionar de aquella manera? Estuve mirando un buen rato al techo, pero no surgía ninguna respuesta de la escamada pintura blanca que cubría la habitación. Entonces, mientras tenía la mirada perdida, fija en alguna de las imperfecciones del techo, apareció fugazmente el azul en mi campo visual. Era él. Ahora vestido de negro. Me sonrió con lo que pretendía ser dulzura, pero no supuso más que otra respuesta automatizada. Yo volví a paralizarme ¿cómo había conseguido entrar? Él leyó la duda en mis ojos y me dijo "Windtrack" mientras me mostraba una pequeña llave dorada en la palma de su mano. Te olvidaste de actualizarlo. Ahora voy a salir, pero vuelvo pronto.  Y tras otra sonrisa salió por la puerta hacia la calle. 

Esta vez no esperé a que volviese a sorprenderme. Sellé la puerta. No entendía a qué venía esa automatización, por qué había vuelto ni porque intentaba actuar como si nada hubiera ocurrido. Toda esa falsa naturalidad impasiva. Solo tenía claro una cosa: que yo ya no le quería conmigo. Que no me importaba lo que tuviera que decir ni sus intenciones. No necesitaba explicaciones y no me apetecía aguantar tal sinsentido. 

Suena la puerta. Intentan abrir y descubren el sello. Aún así no son capaces de abrirla e intentan forzar la cerradura. 
—Ner, déjame entrar. ¿Ner? Ner, vamos. Abre la puerta. ¿Ner? Se que me oyes... Ner. ¡Neer!

Se me paralizó de nuevo el cuerpo y volví a sentarme en el brillante sofá. Escuchaba sus palabras pero no entendía la insistencia, no quería estar con él. Entonces el ruido cesó, y al percatarme de la luz blanca que entraba por la ventana, giré la cabeza y le vi. Estaba allí, tras la ventana, con la yema de los dedos sobre el cristal junto con el eco intermitente de su aliento. Su mirada se me clavaba como una daga hiriente. Tenía los ojos desorbitados incrédulos ante mi reticente actitud. La situación me incomodaba, no quería verle ni quería que me observase. Ni siquiera a través de un cristal. Así que le di la espalda y me recosté con las rodillas recogidas de cara al torso del sofá. Y empecé a escuchar como el corazón rugía. Bum-bum-Bum-bum-Bum-bum. Me rodeé la cabeza con el lateral de los brazos y solo conseguí intensificar la agonía de los latidos. Cerré fuerte los ojos. Muy fuerte. A presión. Y entonces empezó a temblarme la rodilla al compás de los espasmos pectorales. Intentaba contener el cuerpo pero no podía. La cabeza.  De nuevo esa sensación de inconsciencia, como si levitara.

Y volví a caer en mi cama. Rondaban las 5 y sentía los espasmos en el pecho, el profundo dolor de cabeza y me seguían temblando el brazo y la pierna izquierdos. Entonces, aún somnolienta, entendí que el inconsciente solo quizo dibujar una historia con retales del pasado para ilustrar la agonía por la que estaba pasando mi cuerpo tras una exposición tan prolongada a la tensión. Entendí algunos símiles y por qué había escogido esas informaciones de la memoria reciente. Lo que no alcancé a descubrir era por qué él, por qué ahora, y por qué así. Pero esta vez me  acaricié las piernas para que se restableciera la circulación y me dispuse a seguir durmiendo, a pesar de la dificultad. Me esperaba un día muy importante para el que me había estado preparando desde hacía tiempo. 

Hoy quiero guardar estos detalles en palabras ya que nunca se sabe cuando necesitaremos ideas para un guión mejor.

jueves, 20 de junio de 2013

Cuidado con la vida, que quema.

No está.
Ninguno está.
De nuevo, una vez más, sólo quedamos mis demonios y yo.

Pero esta vez las penas han quedado al fondo, muy al fondo. Bajo tierra. Y ya no soy tan capaz de oír bien sus vibraciones desde la superficie. Habré perdido oído o puede que por una vez no se me de tan mal eso de ignorar. Ahora solo me limito a tenderme sobre ellas para abrirme al sol y a sus caricias. Y escuchar los trinos de las golondrinas que me vuelan por encima. Fuera de las limitaciones terrenales, pasando a ras de de las penas para acabar alzando al infinito las alegrías.


Mucho tiempo sin vernos, Verano. Querido amigo.

sábado, 15 de junio de 2013

Desapegos

No me roces,
ni me toques,
ni me mires,
ni me tientes
a lanzarme en picado
a encenderte los oídos
acariciándote el costado,
y a llevarte siempre conmigo.
A todos lados
A cualquier sitio.


Aires

lunes, 27 de mayo de 2013

Sanadoras

Entonces se dio cuenta de lo poco que importaban aquellos detalles que solían atormentarla casi a diario.
En el momento justo después de que se le fuera la vida por la boca, estaba totalmente paralizada. Le costaba centrarse, le dolía la cabeza del esfuerzo y respiraba  bastante tranquila . Tenía los ojos algo caídos y aún un poco hinchados de tanto llorar de impotencia. Su cuerpo era ahora un mar en calma, con ondas suaves.  Se dio cuenta de que las lágrimas estaban hechas de una sustancia especial que nacía de dentro. De una chispa provocada por una gran emoción que no aguantaba estar recluida entre paredes tan enjutas. Salían como sale una ambulancia, veloz y dispuesta a sanar. Y recorrían mejillas, cuello, clavículas, incluso  hombros si hiciera falta para que el cuerpo pudiese caer en ese hechizo tranquilizador y se convirtiera en la suavidad de la marea. Sin mayor estorbo que el horizonte. Sin mayor tensión que la brisa.

sábado, 25 de mayo de 2013

Des-tino

Siempre que el dolor la ametrallaba, ella huía en busca de comprensión por los senderos más desiertos. En medio de la penumbra del camino, siempre acababa apareciendo alguien que pasaba por allí con un pequeño farolillo a devolverle el calor e iluminarle el camino.


Ella siempre fue una fiel devota de las coincidencias del destino.
Al parecer, los que la encontraban a ella no.




domingo, 19 de mayo de 2013

Estrechar el alma



Hoy quiero ser lo justo y necesario para sentir como se funden tus manos en mi espalda.





domingo, 3 de marzo de 2013

Gajes del oficio

Use

Me cuesta horrores lo de "promocionarme". Cuando le cuento a algún amigo que me he hecho una página en facebook de fotografía y escritos (un anexo a este blog), me siento como si les pidiese dinero al pasarla y difundirla para que si les gusta, le den a me gusta y pueda llegar a más gente.

No sé si es porque soy muy crítica con esas cosas y hay gente que casi te hace sentir obligado a que le promociones o que incluso te lo ruegan entre lloros y lamentos autocompasivos.

Me daría muchísimo reparo que alguien pensase así de mí.

¿Qué hay que hacer para saber promocionarse?
La experiencia me ha enseñado que en este mundo superpoblado no vale con  ser bueno. La publicidad es ese elemento clave que te permite llegar a más gente.

Ojalá mucha gente con talento tuviera los suficientes medios para promocionarse. Y ojalá todos fuéramos un poquito más "echados pa' lante" y nos lanzáramos sin pensarlo a compartir aquellas cosas que nos hacen sentir vivos. El mundo sería un lugar más rico, y podríamos aprender más los unos de los otros.

Mis dos cosas son escribir y la fotografía.
Amar, escribir y fotografiar es lo que me hace persona completa en este mundo. Sin esas tres cosas, sería un  espacio vacío. Una mancha gris en una pared blanco nuclear.

Escribir y la fotografía son mis caminos. La conexión entre la Realidad y mis vastos parajes interiores. La solidificación del sufrimiento y la alegría, del existir.


Y me gustaría que muchas más personas compartieran eso con el mundo. Que al leerme se sintieran identificados y un poco menos locos en este mundo de falsos cuerdos. Que se emocionaran. Que vieran en las fotos esos pequeños detalles  que se nos pasan desapercibidos constantemente y que pueden ser inspiradores. Que encontraran la fe y la fuerza en cualquiera de las esquinas por las que se esconde Voluntad.

Para mi, esto de promocionarme no es una manera de llegar a más clientes. No es ningún negocio. Es mi forma de vivir, de aprender y de conocerme. Y de no ser por esas personitas que tienen las agallas de mostrarse al mundo tal y como son, yo no habría sido quien soy hoy en día, y no estaría aquí compartiendo con quien quiera leerme mis miedos y deseos. Pero es gracias al arte que seguimos siendo personas.

Así que solo si quieres formar parte de este camino, me gustaría que me siguieras las huellas y aportaras las tuyas. Que difundieras mi palabra para que seamos más en el camino.

Aquí finalmente les dejo la página de Facebook:

https://www.facebook.com/mirage237

Y la cuenta de Flickr:

http://www.flickr.com/photos/mirage237/

Me haría muy feliz verles por ahí.


lunes, 25 de febrero de 2013

(des)Centrarse

Ya no sé a quien escribo.  Ni cual es el fin de arrojar tantas palabras.

Sigo pensando que hay algo que no va bien. Hay algo en mi, descompuesto.
Una especie de cerco que me limita y me encierra.

Y paradójicamente a todo esto, me siento mejor.
Me siento liberada, y llena de ganas. Me siento libre, más ligera, más abierta, más contenta, más yo.

Es tan sólo que a veces no entiendo que el mundo disfrute poniéndome la miel en los labios para no dejarme probar ni gota. Espero que al menos me los hidrate.

Como escuche hoy en una canción, "No, no, enamorado soy tan solo un animal".

Seguiré confiando en que las cosas aparecen cuando más las necesitamos, y no cuando queremos. Y ahora, duerman bien de la mano de esta maravilla.


martes, 19 de febrero de 2013

Realidades


Mentiría si dijese que no he vuelto a pensar en ti.

También lo haría si dijese que no me siento mejor ahora que contigo.



domingo, 30 de diciembre de 2012

Adiós 2012

No se acaba el mundo.
Tan solo el año.


Gracias por todas las aventuras, 2012.
Por Viena, Graz, Bratislava, Praga, Cheltenham, Gloucester, Oxford, Londres, Hallstatt, Salzburgo, Innsbruck, Bregenz, Lindau, Barcelona, Zaragoza, Madrid.

Aneiv
Llamando a casa
Camden TownLondon Bridge
London Bridge
Karlskirche
Such a great day Nocturna Viena
Sin título
Coffe time  Oxford University

Gloucester GloucesterGrazGraz

Bridge   Graz


Gracias por haber podido compartir tantas cosas con tanta gente. Por el amor que me han dado. Porque quizás no tenga las palabras ahora para un año tan intenso, pero los recuerdos están todos guardados en mi cabeza (y en mi corazón).


Habrá que darle una oportunidad a 2013.

Empecemos bien.

martes, 11 de diciembre de 2012

Ver-s.o.s.

Y si me pongo el sombrero, 
cubro todas mis ideas 
para olvidarme de ti
pa' no tirarme por la azotea.

sábado, 1 de diciembre de 2012

martes, 27 de noviembre de 2012

Atrapada

Trapped by Mirage237
Trapped, a photo by Mirage237 on Flickr.

Hasta luegos

Decaer by Mirage237
Decaer, a photo by Mirage237 on Flickr.
Así convirtieron el calor en un devastador torrente de agua fría que se lo llevó todo a su paso.

Que me dejó húmeda y vacía, sin nada firme a lo que agarrarme.


Volviendo al principio universal que siempre me persigue para arrastrarme a la orilla:

 Olvida y vuelve a empezar.

domingo, 18 de noviembre de 2012

A solas

London by Mirage237
London, a photo by Mirage237 on Flickr.
A veces me pregunto qué es lo que estoy haciendo mal, si es que este es mi camino o si acaso lo hay para mí.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

martes, 13 de noviembre de 2012

Mal empezamos

Hoy no tengo ganas del mundo. 
Es de esos días que empiezan mal: te despierta alguien para pedirte un favor y encima te corta un buen sueño que no puedes retomar.

Después de un fin de semana malo, en el que he vuelto a perder los estribos con la tecnología y la incompetencia de las multinacionales, lleno de decepción por todos lados y de frustración, el lunes no podía ser gran cosa. Después de un domingo entero fuera de casa, para ser más literales desde las 5 y media de la mañana a las 9 de la noche, al llegar por la noche y ver que el ordenador sigue sin funcionar y que Internet sigue estropeado, me acuesto en la cama a mirar al techo, a ver si él me soluciona la vida. No me solucionó nada para ser francos, pero me quedé dormida como un tronco hasta esta mañana cuando mi padre me despertó intentando ser suave pidiéndome que le escribiera un documento. Lo que no sabía mi padre es que yo a esas horas no era persona todavía y que cuando me despertó aún estaba teniendo un sueño bastante raro pero casi perfecto, el cual gracias a él se desvaneció para convertirse en una versión mía que, con un poco de niebla, habría colado perfectamente en el videoclip de Thriller del señor Jackson. Yo con la ropa del día anterior, una mirada asesina llena de legañas, un extravagante caminar de articulaciones rotas y dolor de espalda, desprendiendo un pestilente aroma rancio de odio a la raza humana bajé las escaleras y me senté a la mesa de la cocina a esperar que mi padre me explicase la siguiente tortura.
Te he hecho café para que te espabiles (papá).
Cómo  te quiere tu padre. Yo le dije antes que me hiciera café y no me hizo caso. Y luego cuando yo estaba desayunando le veo haciéndolo y dice: es para mi hija (mamá).
Yo no quiero café, yo quiero volver a la cama (versión de mi a trozos).
Después de un viernes malo que acabó siendo agradable, de un sábado totalmente nefasto y de un domingo bueno aunque agotador, empezar así de a pelo un lunes, no podría traer nada bueno. Pocas veces los días que empiezan de mal humor, acaban bien. Éste en concreto, acababa conmigo, después de unas horas en la cocina con el portátil de mi hermana intentando descifrar los garabatos de mi padre y maldiciendo al sector de la construcción, almorzando y retirándome a mis aposentos para volver a la cama. Esta vez, sin sueño chachi. Todo ello después de haber decidido no ir a clase por este infernal dolor de espalda con el que desperté y de autoconvencerme de que aprovecharía la tarde adelantando trabajo, quemando sedes y oficinas de Movistar, Mediamarkt, Sony o Ryanair en su defecto o leyendo. Mientras todas esas empresas siguen enriqueciéndose a costa de personas como yo que pierden los estribos por su incompetencia, mi vena pirómana sigue por otro lado sin aflorar lo suficiente y mis deberes negándose a hacerse solos, por lo que lo único que se cumplió hoy fue lo de leer. 

Ayer  me encargué de separar los libros que vende mi madre por idiomas (hasta en húngaro había) y con eso, a echarle el ojo a aquellos que pensaba quedarme para mi.  Me quedé con estos para mi lista de posibles lecturas.
La Eva futura, Lucía Etxebarria.
La amiga de siempre, Mike Gayle.
La tienda del cuerpo y del alma, Frank Parkin.
Buenos días pereza, Corinne Maier.
Alivio rápido, Silvia Grijalba.
Siempre tuyo, Daniel Glattauer.

A estas nuevas adquisiciones hay que sumarle los libros que ya tenía en la mesilla de noche.
La estrella más brillante, Marian Keyes.
Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo; Dr. Deepak Chopra.
El niño del pijama a rayas, John Boyne.
El señor de las moscas, William Golding (no está en la foto).
La metamorfosis, Franz Kafka (no está en la foto).

Y a estas últimas las lecturas que no son por gusto, pero que he de leerme para mi proyecto de fin de carrera.



Text Analysis in translation, Christiane Nord (Versión en inglés ya en 250 páginas en la versión original en alemán eran querer morir lentamente) y
Aspectos teóricos y prácticos de la traducción alemán-español, Pilar Elena García.


Como si todo esto no fuera suficiente tengo además algunas películas que he sacado de la biblioteca y que espero ver esta semana.

Con todo este resumen inútil de mis aspiraciones lectoras y mis tristes anécdotas, solo me queda decir que a pesar de haber dormido unas 4 horas esta tarde, ahora que ya es noche entrada, vuelvo a tener sueño. Y si sirve de algo, sigo estando de mal humor. Lo único que puedo sacar en claro en este estado son tres cosas:

  1. No dependas de la tecnología o te dejará tirada cuando más la necesites.
  2. Para la segunda conclusión, sustituir «tecnología» por «hombres».
  3. Mañana tampoco iré a clase.



Hasta más ver, personillas.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Jardines secretos

Uno de nuestros mayores errores es perder el tiempo con quien no quiere estar con nosotros y no disfrutar  de la compañía de aquellos a quienes hacemos felices con poco. 

Aprender a ser felices con lo que tenemos, debería ser nuestra máxima.

Después de un año fuera, a miles de kilómetros de mi familia y amigos, ahora disfruto de otra manera el estar en casa. No se que haré ni donde estaré el año que viene. Aún menos imagino donde estaré el resto de mi vida. Pero lo que sí se es lo rápido que pasa el tiempo y lo rápido que cambiamos nosotros. Mis hermanos crecen tan rápido. Mis padres tendrán seguramente una visión más aguda de todo esto, de lo rápido que hemos crecido todos y lo rápido que ha pasado el tiempo. 

Ahora que he vuelto a casa, me abrumaba mucho al principio la atención de los pequeños. Me hablan constantemente, me piden ayuda, yo estoy a cada rato encima de ellos intentando que no sean tan descuidados, pierdo los nervios... Aún así, en los escasos dos meses que llevo en casa, he visto cambios en ellos. He visto que intentan imitar muchas de las cosas que les digo o que les aconsejo. La semana pasada salí con ellos al cine para celebrar su cumpleaños ya que he estado semanas ocupada con un trabajo y no pude atenderles entonces. Era tan fácil estar con ellos. Reír alto y con ganas, llorar, correr por la calle, salir a comer, hacer tonterías sin ningún tipo de vergüenza y verles reír igual. Ver que se sienten bien cuando les presto atención. Que se sienten importantes de alguna manera porque su hermana mayor, la que les está todo el rato echando el discurso, la que siempre intenta dar ejemplo para que sean más limpios, más cuidadosos, más cultos, más tolerantes y más críticos,  también lo pasa bien estando con ellos.  Cuando pienso que podría estar perdiéndome esto, que podría perderme como crecen y como se forman como personas en lugar de estar influyéndoles, pienso en lo rápido que podría desaparecer todo. Mañana podría pasarme algo a mí o a ellos. A mis padres. Nuestro mundo podría caerse a pedazos, podría pasar una catástrofe meteorológica, una guerra o cualquier cosa que complicase nuestras vidas y nos marcase para siempre. Y entonces me acordaría de estos momentos en los que estamos bien, en los que quizás, precisamente por eso, yo no era capaz de darme cuenta de lo afortunada que soy y de todas las cosas que puedo hacer. 


Hoy los dos pequeños me han llevado al parque a enseñarme a montar en bicicleta. No se por qué, al principio me entró una risa nerviosa, se me iba el aire y me mareaba, me dolía el pecho. No fue hasta un buen rato después que me tranquilicé, gracias al enano. Tengo 21 años, estoy en el último año de carrera, se conducir desde hace 3 años, tengo coche y no se montar en bici. Cuando tenía 17 años un amigo intentó enseñarme y me caí tres veces, con tal mala suerte que me hice un montón de heridas en las palmas de las manos y dejé de intentarlo. Luego, este año volví a intentarlo una noche con otro amigo en Viena, pero aunque pedaleaba bastante, siempre acababa por perder el equilibrio, y allí estaba de nuevo mi risa nerviosa.    Hoy, al principio, ni siquiera era capaz de mantenerme en los pedales. Mi hermana agarraba por un lado y mi hermano por el otro y cada vez que conseguía desplazarme un poco, mi hermano corría como loco y me decía que iba bien, que ellos tardaron semanas en aprender. Tras varias horas, seguía sin aprender a montar pero ya al menos podía mantener mejor el equilibrio y conseguía recorrer tramos cortos sola. 

A veces estamos tan obcecados con nuestras propias obsesiones y deberes que no somos capaces de disfrutar de las cosas más simples. La familia es algo con lo que siempre estaremos unidos de alguna forma. Es algo que mucha gente no puede disfrutar por diferentes razones, desgraciadamente. Algo que debemos de cuidar con todas nuestras fuerzas. 

Esta tarde después del parque he ido con Ahinoa a comprar plantas para mi balcón. Quiero llenarlo de esperanza. Siempre me ha parecido maravilloso como las plantas incluso después de marchitas o secas, con un buen cuidado, pueden volver a florecer. 

Siempre he pensado que el amor ha de ser algo así. Algo que nace de repente y que tiende a morir con el descuido y las condiciones meteorológicas adversas. Pero algo capaz de renacer y de adaptarse a los climas  más difíciles.


El balcón de Gerhard en Graz (Austria)













jueves, 1 de noviembre de 2012

Notas a pie

Graz by Mirage237

Graz, a photo by Mirage237 on Flickr.
A veces escoger ir por el camino fácil no es la decisión más sencilla.

Pero si mirásemos más allá, si pusiéramos ambos ojos a merced de la línea que dibuja el horizonte, podríamos darnos cuenta de que no hay caminos fáciles. De que en ocasiones ni siquiera hay caminos y ya el mundo es lo suficiente complicado.

Quizás solo haya espacio entre nosotros y el lugar a donde queremos ir. Puede que no sea espacio y en cambio sea tiempo, puede que sean experiencias. Puede, incluso, que nuestros pasos no consigan movernos de donde estamos. Que estemos paseando en una cinta mecánica creyendo avanzar, esforzándonos en aumentar el ritmo y estampándonos constantemente con los mismos paisajes y gentes.

Quizás en este mundo para ser buenos en algo, baste sólo con autoconvencernos de que lo somos, convencer de ello al resto e ir mejorando con la práctica.

Olvidarse de los adjetivos calificativos del camino, y correr con todas tus fuerzas. Nunca se sabe si a la primera de cambio la máquina se estropea y nos manda lanzados a cualquier sitio, fuera del que creíamos que era «nuestro camino».

miércoles, 31 de octubre de 2012

Espejismos

Untitled by Mirage237
Untitled, a photo by Mirage237 on Flickr.
Yo solo soy un revoltijo de indentidades mal llevadas

De momentos mal escogidos y de aciertos a medias.
De fugaces cariños y eternas obsesiones.
De incoherentes perturbaciones emocionales llevadas por el estrés del "no es suficiente".

Soy un amasijo de miradas y roces fortuitos.

Soy una caja de ilusiones rotas en un cajón olvidado.

martes, 30 de octubre de 2012

viernes, 26 de octubre de 2012

sábado, 20 de octubre de 2012

Huídas

Lights & Shadows


















Durante la guerra fría entre mis labios y tus labios

prófugos corrían entre la sequía nuestros recuerdos de antaño.

Hoy

Nos movemos
Aprende a no repetir los errores de ayer.
Millones de nuevos errores te están esperando.

martes, 2 de octubre de 2012

Anoche

Fríos inviernos by Mirage237
Fríos inviernos, a photo by Mirage237 on Flickr.

me tocó soñarte entre tanta lluvia, entre tanto frío, entre tanto sueño.

viernes, 17 de agosto de 2012

Adelante

Good Morning! by Mirage237
Good Morning!, a photo by Mirage237 on Flickr.

Cada día estás pisando suelo nuevo.
Es la tierra del hoy la que te sujeta al mundo.
Pisa con fuerza para llegar hasta la de mañana.

La de ayer murió con la luna.

sábado, 4 de agosto de 2012

Sorbió su última mirada

Convenios con el pasado
para que le recorriera el cuerpo.


Para hacerla suya,
y que el reflejo de si misma en él 
no se perdiera en la incertidumbre 
de un par de confusos segundos.