miércoles, 30 de diciembre de 2009

Yours

Es efímera, es frágil, es tan hermosa y excitante como hiriente y dolorosa,
la Vida es todo menos larga, como muy bien pronunciaron sus labios aquella noche.


Quién sabe cuántos serán mis días, cuán intensos o difusos, cuán alegres o tristes, quién sabe cómo me tocará vivirlos, en dónde y con quién.

Aprendo que debemos tener fe en nuestros propósitos, en lo importante que es la voluntad y todas las puertas que es capaz de abrir.

Sé que si el tiempo se pone de mi parte, lograré crear cosas maravillosas, de una manera o de otra, para unos ojos o para otros, con palabras o con cualquier otro material, conseguiré a base de esfuerzo crear esos lazos entre el mundo que compartimos y mi mundo interior.

Y no sé que es, no soy capaz de explicarlo.

De qué material lo hicieron
O porqué él es como es,
Porqué me siento bien a su lado
Porqué es tan atento, tan cortés y
Tan reservado.

Porqué su mirada es dulce,
Y sus brazos son calor,
Porqué no le temo al tiempo,
Al mundo ni al temor.

La vida desde sus ojos,
Sabe mucho mejor,
Esperar no me atormenta,
No se me quiebra la voz.

Sé que algún día a su crudo corazón
Llegará la primavera,
Y ahí estaré yo.


Gracias, por enseñarme cada día, por salvarme de mí misma constantemente, por ponerte en mi lugar y hacerme sentir que ahí estarás…

Por abrirme las puertas a un mundo que no conocía y antes ni siquiera creía que existiera, porque aunque aún esté a las puertas, no me dan los ojos para maravillarme ante tanto esplendor…


JBL*

domingo, 20 de diciembre de 2009

Magnífico

Despierta tiemblo al mirarte,
dormida me atrevo a verte;
por eso, alma de mi alma,
yo velo mientras tú duermes.

Despierta ríes y al reír tus labios
inquietos me parecen
relámpagos de grana que serpean
sobre un cielo de nieve.

Dormida, los extremos de tu boca
pliega sonrisa leve,
suave como el rastro luminoso
que deja un sol que muere.

¡Duerme!

Despierta miras y al mirar, tus ojos
húmedos resplandecen,
como la onda azul en cuya cresta
chispeando el sol hiere.

Al través de tus párpados dormida,
tranquilo fulgor vierten,
cual derrama de luz templado rayo
lámpara transparente.

¡Duerme!

Despierta hablas y al hablar, vibrantes
tus palabras parecen
lluvia de perlas que en dorada copa
se derrama a torrentes.

Dormida en el murmullo de tu aliento
acompasado y tenue
escucho yo un poema que mi alma
enamorada entiende.

¡Duerme!

Sobre el corazón la mano
me he puesto porque no suene
su latido y de la noche
turbe la calma solemne.

De tu balcón las persianas
cerré ya porque no entre
el resplandor enojoso
de la aurora y te despierte.

¡Duerme!


Gustavo Adolfo Bécquer.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Instinto


No me queda miedo en los bolsillos.

Hoy preferí llenarlos

de pedazos de papel

que hablan de un pasado

propio,

y menos brillante

de lo que hoy día es mi sonrisa.





Tengo ganas de empezar a correr y a decir todo lo que se me ocurra a viva voz.


De correr bajo la lluvia, de gritar, de gritarle al mundo cuatro verdades y dos mentiras.


Descontrolarme, soltar todo lo que me pase por la cabeza, sin enjuiciarlo, sin ver si es hermoso, desagradable, duro, malicioso o cruel. O quizás un poco de todo. Ser totalmente espontánea y dejar de pensar.



Poner al mundo bocaarriba y quedarme yo bocaabajo, mientras le busco sentido al sinsentido y la sangre corre irremediablemente hacia abajo para acumularse en mis sienes.

Désconectame, antes de que se me crucen los cables.



Y aún así,


Me siento bien.