miércoles, 18 de abril de 2012

Mañanas ajenos

A veces me da por reflexionar que mundo es el que voy a tener que presentarle a mis hijos. Me imagino una adulta yo, más llena de responsabilidades que de sueños, caminando de manos por la calle con una pequeña parte de mi de ojitos inocentes sembrados de ilusión.

Cómo voy a sacar las agallas para contarle porque el mundo sobre el que pisa es así de injusto. Cómo voy a ser capaz de contarle lo que la honestidad y la honradez significan cuando hay tantos honestos y honrados tras las rejas, y corruptos bailando por las calles. Cómo enseñarle que las cosas hay que ganarlas con esfuerzo cuando no haya qué ganar. Qué ejemplo voy a darle entre tanto barullo, entre tantos malos que parecen buenos y entre tanto bueno que parece malo. En un mundo de intereses firmes y principios escritos con tiza.

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