viernes, 24 de septiembre de 2010

Y bueno...

Aquí estoy. Es por la tarde pero todavía entra la suficiente luz por la puerta del balcón como para hacer reflejos incómodos en la pantalla del portátil. Escucho la radio y veo las fotos que saqué en Alemania y que por falta de tiempo aún no he compartido. Fotos de entornos tan bonitos que me daba reparo compartirlas por miedo a que otros pudieran adueñarse de mis recuerdos. Obviamente ese sentimiento maternal morirá pronto y cuando reuna la suficiente voluntad compartiré todas las fotos por flickr o así.

Hace tan solo unos minutos tenía los oídos llenos de los berridos de mis hermanos. Para mi desgracia, no basta con que todos en esta casa tengamos un tono de voz elevado (estruendoso en ocaciones) y un temperamento altamente inflamable. No. También tengo que estar sin puerta para poder disfrutar mejor de los espectáculos. ¿Qué como puedo estar sin puerta en mi habitación? ¿Que si así no tengo intimidad? Bueno... en casa nunca tenemos por costumbre cerrar las puertas. Siempre están casi todas las puertas de la casa abiertas, y eso en cierta manera nos hace sentir que no tenemos nada que esconder. Pero, qué cierto es ese dicho que dice que la confianza da asco. Mis hermanos (4 hermanos:3 hermanas y un hermano) -todos menores- no son "confianzudos", pero sí pesados con ganas. Y escandalosos, casi tanto como yo. Y este es uno de los momentos en los que me encantaría llenarles la boca a cada uno con calcetines. Sería bastante grato no escucharles gritar, discutir y reír incansaaaaaaaaaaaaaaablemente mientras intento relajarme y desconectar.

Bueno, lo de la puerta. Digamos que otro dicho que se cumple a rajatabla en mi casa es el de "en casa del herrero, cuchara de palo". Y es que mi padre se dedica a la construcción, y mi casa lleva casi un año esperando a terminar las reformas. El baño de la planta de arriba está a medio, falta pintar algunas cosas, arreglar la terraza, yo no tengo puerta, la de mis hermanos pequeños (8 y 10 años) cuando se cierra se tranca, y sí, está guay en realidad encerrarlos durante un rato,pero es latoso luego de abrir. Mi madre, como buen miembro de la familia, también lo cumple rígidamente. Digamos que es muy polifacética ( a veces me gusta pensar que me parezco a ella en eso), ha sido durante mucho tiempo costurera, agente inmobiliaria y masajista. Y para todo ello ha tenido que estudiar durante mucho. Digamos que esas pueden ser sus ocupaciones oficiales más llamativas pero la verdad es que hace absolutamente de todo. ¡La cuestión! Que, mi casa está siempre llena de ropa pero no es que toda esté totalmente arreglada y vayamos todos siempre como un pincel.Tampoco recibimos masajes todos los días, desgraciadamente. Supongo que todo eso se debe a que cuando estamos en casa, en la comodidad del hogar, lo menos que apetece es hacer lo que tenemos que hacer por obligación todos los días. Realmente, no nos apetece hacer nada.


Y aquí me hallo, sin puerta, la cama llena de ropa, la habitación hecha un total y absurdo caos y yo como si nada escribiendo ideas absurdas sobre refranes y aplicándolos a mi vida.

Me gustaría escribir algo más interesante. Algo profundo y pintarlo de cálidas metáforas para hacer que quien me lea se sienta menos solo con mis palabras. Para hacer sonreír, reír, incluso llorar si hiciera falta. Pero hoy prefiero ser clara y limitarme a darle ese gusto real a mi vida, ese que algunas veces pierde por culpa de mis ensoñaciones.

Ah sí, ultimamente estoy algo bipolar. No sé, no lo comprendo muy bien del todo, pero son altibajos que achaco al cambio de rutina y a las nuevas experiencias ( a alguien hay que echarle la culpa ¿no?). En clase, o estoy sumergida en la explicación de los profes y me motivo muchísimo, o me siento mal y no puedo concentrarme en absoluto. Y me ocurre lo mismo con los tíos. A lo mejor un día uno me llama mucho la atención y me parece tierno y encantador y al día siguiente me da lo mismo. Otras me parecen bordes, y luego de repente, se les enciende la luz y pueden ser dulces o pueden llegar a encender mis sentidos.Otras, me limito a pensar que son gilipollas, y yo con ellos por haber pensado que podrían llegar a ser toda esa sarta de halagos. El mundo de la psique masculina... es muy extraño e inhóspito.
Aunque ultimamente tenga las hormonas revolucionadas, y ellas también sufran altibajos hoy he podido descubrir que... hay de todo. Que no todos los tíos tienen los mismos defectos aunque muchos de ellos tengan defectos comunes. Unos entienden mejor a las tías y otros prefieren entenderse mejor a sí mismos. Y citaría ahora algo que me dijo hace un rato un amigo, algo así como que cuando estás con alguien quieres que esa persona esté bien contigo, y por ello te preocupas en atender sus necesidades, en hacer lo posible porque esa persona se sienta bien. En aprender de ella, esforzarte por entenderla y por hacerle el menos daño posible. Y definitivamente hay tíos que eso no lo tienen subrayado en su diccionario. Que lo que les importa realmente es satisfacer sus propias necesidades y por ello acaban haciendo daño a las personas que están a su alrededor, y más en concreto a las que se preocupan por ellos.

Bueno, cada cual acabará siendo como le moldeen las circunstancias.
A vivir pues.

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