
"Si oyes una voz
dentro de ti diciéndote ‘no sabes
pintar’, pinta, faltaría más, y la
voz se callará"
Vincent Van Gogh.
“Lo que un hombre piensa
de sí mismo es lo que
determina su destino”
Henry David Thoreau
La confianza es definitivamente uno de los engranajes imprescindibles para el correcto funcionamiento de la máquina de nuestros sueños y objetivos. Sin ella, la máquina se paraliza y deja de funcionar. Ya puedes poseer todos los mecanismos que tú quieras, que sin ella, no funcionará correctamente.
El miedo a fracasar muchas veces nos inmoviliza volviéndose un obstáculo en nuestro camino. Lo intenté y falle. ¿Qué se supone que hago ahora? No quiero volver a fracasar.
Claro, si las cosas no son perfectas, no sirven ¿no? Resulta que la única manera de que las cosas se asemejen más a nuestro concepto de perfección es practicando y fracansando para que fracaso tras fracaso podamos corregir errores y limar asperezas. Pero nuestra "gandulitis crónica" siempre nos hace ir por el camino más fácil y práctico, por el que podamos obtener resultados inmediatos, obviando si los resultados son los óptimos.
¿Nunca les pasó que jugando a un videojuego (sobretodo aquellos como Super Mario, Crash Bandicoot o Sonic que eran de plataformas) empezaban la fase y la intentaban hacer perfecta a toda costa? Está bien, vamos a explicarnos más y mejor. Por ejemplo, en el videojuego de Crash Bandicoot había que recoger manzanas (a las 100 se convertía en una vida) y que romper cajas. Algunas cajas eran especiales y además estaban unas piedras que debías conseguir para continuar en el juego.
Luego habían algunas fases que eran en continuo movimiento y tenías que estar atento para que no se te quedara nada sin coger. Pues bien, al principio cuando no se tiene mucha experiencia es imposible coger todas las manzanas o romper todas las cajas. Sí, puedes superar la fase sin coger todas las cosas, pero no es lo mismo. No sabe igual. Una vez pasas la fase tu próximo reto consiste en hacerla perfecta, sin un fallo. Y para conseguirlo necesitas jugar muchas muchas veces.
Vale, ahí es donde quiero enfatizar mi reflexión. Cuando empezabas a jugar y de repente veías que se te quedaba algo atrás y por lo tanto tu partida no sería "perfecta", lo mínimo que tenías que hacer era tirarte por el acantilado o en su defecto estamparte contra un monstruo para acabar esa partida, y así volver a comenzar una en la que poder obtener todas las cosas. Era así de fácil. Algunas veces sólo tenías que quitar los dedos del mando y esperar un instante a que se avalanzaran sobre tí, o si no como dije "suicidarte" para renacer puro y limpio. Así pasaban las partidas y partidas hasta que tras mucho practicar llegara el día en que lograras hacerla perfecta y pudieras proseguir con otra fase.
La vida real lamentablemente no es como en los videojuegos. Si fallas, no puedes suicidarte o esperar que te maten y comenzar una nueva partida. La perfección no existe. Así que la única manera de seguir la partida es aferrarnos a lo que para nosotros es "lo óptimo" y confiar en nosotros. No por no conseguirlo todo el mundo se acaba. No por fracasar, se dejan de conseguir objetivos.
Fracasar es un paso más, no un fin último.
Luego habían algunas fases que eran en continuo movimiento y tenías que estar atento para que no se te quedara nada sin coger. Pues bien, al principio cuando no se tiene mucha experiencia es imposible coger todas las manzanas o romper todas las cajas. Sí, puedes superar la fase sin coger todas las cosas, pero no es lo mismo. No sabe igual. Una vez pasas la fase tu próximo reto consiste en hacerla perfecta, sin un fallo. Y para conseguirlo necesitas jugar muchas muchas veces.
Vale, ahí es donde quiero enfatizar mi reflexión. Cuando empezabas a jugar y de repente veías que se te quedaba algo atrás y por lo tanto tu partida no sería "perfecta", lo mínimo que tenías que hacer era tirarte por el acantilado o en su defecto estamparte contra un monstruo para acabar esa partida, y así volver a comenzar una en la que poder obtener todas las cosas. Era así de fácil. Algunas veces sólo tenías que quitar los dedos del mando y esperar un instante a que se avalanzaran sobre tí, o si no como dije "suicidarte" para renacer puro y limpio. Así pasaban las partidas y partidas hasta que tras mucho practicar llegara el día en que lograras hacerla perfecta y pudieras proseguir con otra fase.
La vida real lamentablemente no es como en los videojuegos. Si fallas, no puedes suicidarte o esperar que te maten y comenzar una nueva partida. La perfección no existe. Así que la única manera de seguir la partida es aferrarnos a lo que para nosotros es "lo óptimo" y confiar en nosotros. No por no conseguirlo todo el mundo se acaba. No por fracasar, se dejan de conseguir objetivos.
Fracasar es un paso más, no un fin último.