domingo, 30 de enero de 2011

Constancia

Ahora mismo hará casi 4 años desde el día que decidí encaminar mi vida y empezar a poner voluntad en mis propósitos. En todo ese tiempo, he cambiado mucho. No sólo mi vida ha cambiado y he aprendido mucho, sino que además he perdido malos hábitos, perfeccionado otros y limado muchas asperezas. Aún así, todavía hoy me queda mucho por recorrer y por lograr. Y sé que se puede. Siempre se puede mejorar.

Llevo ya mucho tiempo relajada haciendo pequeños logros con un poco de esfuerzo. Pero sé que podría estar esforzándome más y consiguiendo más del doble de lo que obtengo.

No me gusta nada hablar de algo que luego puedo no hacer. Personas que están continuamente hablando de lo que harán (yo prefiero decir humildemente "lo que quiero hacer") y pierden su determinación en esas propias palabras, no haciendo más que prometer o convencer al resto de cosas que quizás no conseguirán. Por ello la mayoría de las veces, para no sentirme presionada, prefiero actuar primero, intentarlo. Y luego, una vez conseguido, hacerlo saber. Así no decepcionarás a nadie, o parecerá que se te va la fuerza por la boca y hablas por hablar.
Pero aunque así es mi punto de vista la mayoría de las veces, no es lo que me parece lo más acertado. He leído que para motivarse en un propósito lo que más se recomienda es hacerlo público para de es manera, hacernos más responsables y tomarlo en serio. Otro aspecto importante, es el hecho de ir escalón por escalón, ser constante y tener paciencia para motivarse con cada pequeño avance y no desesperarse buscando resultados inmediatos. Si tienes fijo tu objetivo final, sólo es cuestión de ir poco a poco hacia él. De seguir teniendo ese punto en mente en los momentos más difíciles cuando se te pase por la cabeza abandonar. Y entonces mirar tu punto inicial y tu progreso, y encontrar en él las razones por las que seguir.

Por eso, además de las cosas que tengo en mente hacer, quiero cuando me encuentre con ganas proponerme retos de un mes que me ayuden a perder hábitos no aconsejables y a motivar mi control y constancia.

Primer Reto: FEBRERO, el mes sin café.

Últimamente debido a la época de exámenes por la que acabo de pasar, mi consumo de café se ha incrementado, y aunque me ha ayudado cuando me encontraba débil o cansada, también me ha alterado innecesariamente.
Adoro el aroma del café. También su sabor y sus distintas variedades. Cuando está en la temperatura adecuada es realmente gratificante. Pero es algo que trae inconvenientes y por ello quiero limitar más su consumo.

Razones:
  • Puede producir efectos desfavorables en la tensión.
  • El exceso de cafeína puede sobreestimular el sistema nervioso central causando interrupciones en el sueño, nerviosismo y ansiedad.
  • El café es diurético, por lo que te hace ir más al baño, te deshidrata.
  • La cafeína tiene toxinas que contribuyen a la aparición de la celulitis.
  • La cafeína en exceso amarillenta los dientes.
  • El café al deshidratar reseca la piel de la cara, produciendo un envejecimiento prematuro.
  • Si se toma con el estómago vacío puede producir malestar.
Obviamente, todos sus inconvenientes son con una ingesta en exceso y tiene ventajas como ser estimulante, mitigar la fatiga, propiedades antioxidantes, etc.

Así que para empezar, aprovecharé el mes de febrero en el que empezamos con el segundo semestre en la universidad, para no verme agotada con los exámenes. Creo que me vendrá bien desintoxicarme por un tiempo, reafirmando mi poder de decisión, mejorando mis descansos y ahorrándome el dinero del café entre clase y clase. Mientras menos estimulantes necesitemos, mejor.

Hace unos años, me costaba horrores disminuir el consumo de refrescos en mis comidas. Me resultaba casi imposible. No era capaz de entender como había gente que no lo tomaba de forma habitual, gente a la que no le gustaba o que preferían otro tipo de bebidas. Por aquel entonces, aunque estuviese a dieta o intentase limitar lo que bebía de refresco al día, siempre acababa por beber más de lo normal. Después de que estuve con la nutricionista, aprendí a comer mucho mejor, y a que hay cosas que no nos sientan bien.
Hoy no sólo no suelo beber bebidas gaseosas porque no me sientan bien, sino que prácticamente no bebo nunca refresco. Y no porque que me lo autoimponga como decisión tajante, sino porque no me apetece, es más caro que el agua y no me aporta nada. Por ello siempre que salgo suelo pedir agua para beber, y sólo bebo refrescos si estoy de fiesta o algo similar. En casa, no me apetece nada. Y repito... anteriormente mi mal hábito me hacía creer que era algo poco probable y muy costoso.

Dificultades del reto:
  • Por Navidad me habían regalado un termo para llevar el café a la uni y así ahorrar. Casi no lo he usado.
  • Mi madre toma una media de 6 tazas de café al día porque es una persona muy activa y está acostumbrada a beber mucho café. Por lo que me estará tentando cada vez que lo haga o me mande a hacerlo.
  • Cuando tengo hambre entre horas suelo beber café. Tendré que buscar otro alternativa.
  • El olor. Me encanta el olor a café... será una de las cosas más difíciles de soportar.
  • Cuando esté de bajón, débil o desanimada, buscaré otro consuelo.

Bueno... espero que este año, ustedes también decidan poner más empeño en sus propósitos y se sorprendan con los resultados.
¡Mucha suerte! Ya iré posteando otros retos y como van los resultados.

También me uní a un desafío en un blog para leer 50 libros en el año. Lo importante no es llegar a leer 50 y no es ningún concurso, sino un reto personal para promocionar la lectura.

Tengo bastantes cosas pensadas para este 2011. Iré haciéndolas saber poco a poco.


¡Ánimo!



miércoles, 19 de enero de 2011

Yann Tiersen

Cuando vi Amelie, me enamoré de la banda sonora. Más adelante, gracias al blog de una amiga pude conocer más canciones del autor de la banda sonora. Otro día en la biblioteca encontré un cd con canciones en vivo en un tour. Y la semana pasada, decidí sacar de la biblioteca la película Good Bye Lenin! ya que era alemana y la banda sonora corría a cargo de este mismo compositor.



Yann Tiersen, compositor y músico francés multi-instrumentalista. Sus canciones son como esos pequeños placeres que nunca acaban por cansarte. Están llenas de alegría, de tristeza, de ternura, de melancolía, de agonía y de frescura. Están llenas de vida.







Si tienen Spotify, disfruten con esto:
Yann Tiersen – C'était Ici
Yann Tiersen – GOODBYE LENIN!

También les recomiendo Good Bye Lenin, es preciosa. Más adelante me tomaré algún tiempo para compartir por aquí las últimas películas que he ido viendo. Me terminé de leer La Casa de los espíritus y también me gustaría escribir al respecto. ¡Ah! Y ¿Quién te lo ha contado? de Marian Keyes, va genial. Gracias a su lectura se me pasa en nada el trayecto en guagua de la uni a casa. Además, es una lectura para cualquier momento. Para Reyes me regalaron La estrella más brillante, el último de esta autora y sé que al ritmo que voy con este, el otro lo empezaré pronto.

Hasta dentro de nada.